El bicarbonato de sodio de sodio (NaHCO3) es un producto que antiguamente no podía faltar en los botiquines de los hogares, pero hoy en día ya no es así. Su utilidad frente a la acidez de estómago se ha ido reduciendo a medida que han irrumpido otros compuestos con un mecanismo de acción similar y menos efectos secundarios. Los expertos consultados por CuídatePlus señalan que aún se le puede dar algún que otro uso tanto medicinal como en la cocina, pero siempre con precaución. Y, de paso, desmienten algún que otro bulo sobre la supuesta utilidad del bicarbonato frente al nuevo coronavirus.
Para Antonio Aguilar Ros, director del Máster de Atención Farmacéutica-Farmacia Asistencial de la Universidad CEU San Pablo (Madrid), explica que el bicarbonato “es un antiácido que se toma por vía oral. Su mecanismo de acción es neutralizante del ácido clorhídrico que se secreta en el estómago”. Usado puntualmente y siguiendo las instrucciones que vienen en el prospecto, “se consigue un efecto rápido que alivia de forma inmediata las desagradables molestias de la acidez gástrica”.
Efectos secundarios y precauciones
Hasta ahí todo bien, pero faltan los matices, que siempre son importantes. En primer lugar, tal y como apunta Yolanda Pontes, farmacéutica comunitaria en Madrid, nutricionista y miembro del grupo de Nutrición y Digestivo de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), “no debe utilizarse más de dos semanas y un máximo de dos veces al día”. Además, su uso prolongado “puede causar acidez de rebote y, en dosis altas, dar lugar a la denominada alcalosis metabólica”, que es un trastorno del equilibrio ácido-base, se manifiesta en una elevación del pH de la sangre y puede causar alteraciones del sistema nervioso central y cardiopulmonar, entre otras.
La experta de SEFAC añade otros posibles efectos adversos del bicarbonato: “Al aumentar el pH gástrico, puede modificar la absorción de numerosos fármacos y también alcaliniza la orina, por lo que puede modificar la excreción de ciertos fármacos”. En la actualidad existen otros antiácidos con poca o nula absorción y, por lo tanto, menos efectos secundarios. “Hay mejores opciones como antiácidos para tener el el botiquín”, concluye.
Aguilar Ros advierte que algunos de los efectos adversos que puede producir el bicarbonato “son potencialmente graves”, por lo que hay que tener especial precaución en las personas con las siguientes situaciones:
- Insuficiencia renal.
- Insuficiencia cardiaca.
- Hipertensión arterial.
La explicación hay que buscarla en los iones, es decir, las partículas cargadas eléctricamente de este compuesto. El representante de la Universidad CEU indica que el ion bicarbonato “puede producir alcalosis sistémica, principalmente en pacientes con insuficiencia renal, en los que además empeora la función del riñón”. Por su parte, “el ion sodio puede disminuir la eficacia de la contracción cardiaca, con retención de agua, lo que dificulta el normal funcionamiento del corazón”. Además, el sodio aumenta la tensión arterial.
¿Desinfectante frente al coronavirus?
El bicarbonato no es desinfectante, ni actúa contra virus o bacterias, ni ejerce ningún efecto beneficioso frente a la Covid-19. “Con respecto a su uso frente al coronavirus, se puede decir que carece de toda base científica la posible protección frente a la infección viral de las gárgaras con bicarbonato”, asevera Aguilar Ros.
Por lo tanto, aplicar bicarbonato a los alimentos no sirve para matar al coronavirus.
Usos gastronómicos del bicarbonato
La versatilidad gastronómica de este producto es de sobra conocida por los ‘cocinillas’. Estos son algunos de sus usos culinarios:
- En presencia de ácidos produce gas carbónico, efecto que se aprovecha para esponjar masas de repostería o rebozados.
- Sirve para disminuir la acidez de ciertas preparaciones, ya que neutraliza en parte los ácidos presentes.
- Se emplea en la elaboración de refrescos para producir el gas típico de estas bebidas.
- Se utiliza para ablandar las legumbres en el remojo cuando las aguas son duras.
Por todas esas utilidades, el bicarbonato está autorizado en la industria alimentaria para la elaboración de múltiples productos: caldos, sopas, salsas, helados, productos lácteos, confitería, condimentos, aderezos…
Eso sí, sin pasarse. “Su uso en grandes cantidades (más de 1-2 gramos por toma) o por periodos prolongados (más de dos veces al día o periodos de más de 1-2 semanas) no está recomendado”, recalca Aguilar Ros.
Utilización en la industria farmacéutica
El bicarbonato se emplea como medicamento por vía intravenosa en forma de suero de uso hospitalario en indicaciones como acidosis metabólica, intoxicación por barbitúricos y salicilatos o asfixia en recién nacidos.
La industria farmacéutica también le saca provecho como excipiente en la elaboración de diversas formas farmacéuticas, como los comprimidos efervescentes. “En estos usos, la cantidad de bicarbonato que se ingiere es pequeña, por lo que no hay que esperar efectos adversos de su toma”, comenta el experto.